Cuando Javier llegó a casa con las Lágrimas de Shiva, todos se alegraron mucho, pero la tía Adela se dio cuenta de que ese collar era falso, la verdad es que era una copia exacta y muy bien hecha, pero Adela sabía que ese no era el colgante, debido por esos tonos tan apagados, realmente se notaba poco pero estaba segura de que le habían timado. El colgante real tenía decenas de diamantes que lo cubrían, y cinco inmensas esmeraldas que parecían derramarse sobre la negrura del terciopelo, relucía lo miraras por donde lo miraras, realmente era precioso. Javier decidió volver a casa de Amalia a reclamar la verdad. Cuando llegaron a su destino nadie abría la puerta y tampoco se escuchaba nada dentro de la casa. Entraron por la fuerza a la vivienda y encontraron a Amalia ahorcada con las Lágrimas de Shiva. Cuando vieron aquello no se lo podían creer, obviamente las Lágrimas de Shiva estaba roto debido a la tensión. Después de eso volvieron a casa y al cabo de los días Javier volvió a Madrid con su familia.